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EL CAFÉ QUE HA CONQUISTADO EL PALADAR VENEZOLANO
En el inicio de toda empresa humana que ha tenido importancia hay una leyenda. El origen del café no ha sido una excepción. Una leyenda, conocida por musulmanes y cristianos, habla de que en una ocasión en que el Profeta estaba enfermo, el ángel Gabriel le devolvió la salud y la fuerza viril, ofreciéndole una bebida negra como la gran Piedra Negra que hay en La Meca. Así como esta leyenda, corren otras muchas que subrayan la importancia que se le ha atribuido al café a lo largo de la historia humana.
Sobre Franca
Para Abril del 2011 se instala en la fachada de un local en la Avenida Principal de Las Mercedes, en Caracas, el nombre Franca. Un local que llevaba más de un mes operando sin identificación alguna, llenándose gradualmente de clientes de la zona. Hoy en día, cientos de personas de diferentes rincones del país, no dejan de asombrar esta maravilloso “coffee” que se muestra continuamente agradecido por la clientela que no deja de visitarlos, bien sea para probar uno de sus brownies, llevar de regalo una coffeecake en una caja de colores, matar un antojo con unas galletas recién horneadas o coincidir con un amigo para tomar una taza de café mientras arreglan el mundo.
La idea original, sin embargo, surge un par de años antes, impulsada por el nacimiento del primogénito de la pareja de fundadores, y con la intención de abrir una pastelería con productos saludables que su propio hijo pudiera consumir y que fuese un canal del sabor de su tierra. Este ideal los llevó a explorar el interior de Venezuela y redescubir su abundancia agrícola, la fertilidad del campo y la riqueza de su gente. Al día de hoy, Franca cuenta con proyectos en diversas zonas del país y continúa el sueño de rastrear hasta el último producto valioso que de ella emane.
Estos años nos han concedido la satisfacción de decir con mucha humildad que nuestro café es cosechado de fruta madura y tostado en Aragua, proveniente de campos centenarios que habían sido abandonados. Que nuestro chocolate es fabricado exclusivamente para nosotros en Barlovento, con cacao de la zona cultivado por pequeños agricultores a quienes hemos ayudado a rescatar sus propias parcelas, participando del proyecto Puro Cacao Salvaje de Cacao Miranda. Que nuestros vegetales llegan interdiariamente de Mérida, gracias a una familia de productores comprometida con las mejores prácticas de gestión del campo. Que nuestras frutas las recibimos un par de veces a la semana de El Jarillo, gracias a un descendiente de los primeros colonos alemanes que se instalaron en esa montaña bendita y que se niega a dejarla morir. Que nuestro papelón viene de Monagas y nuestra miel del Amazonas, y ambos demuestran que no sólo somos dulces, sino complejos y enigmáticos. Que nuestros quesos de Guárico y nuestra leche de Apure hablan de la generosidad de nuestros animales y la tenacidad de los llaneros.
Ciertamente Franca entiende que no solo se nutre un país con los alimentos que brotan de su tierra, sino con los sueños de sus ciudadanos y la historia de éstos…